












La modernidad se sostiene bajo la premisa capitalista de que la economía nos traerá el progreso. La carrera que como humanidad emprendimos hacia ese sueño, nos lanzó en un frenesí acelerado del cual ya se siente cansancio y naúsea. Esta modernidad sustenta el presente con visiones críticas del pasado. La narrativa de la demonización de lo antiguo transforma el futuro en una promesa irresistible, donde el mañana siempre será mejor. Pero qué ocurre si pensamos el presente desde imágenes distópicas del futuro?